lunes, 27 de septiembre de 2010

Estreno del primer itinerario de vida de Carlos Monsiváis

El cronista, el lector voraz de poesía, el niño que acompañaba a su madre al mercado de Portales y se maravillaba con los puestos de “fierros viejos”, el traductor, el autor de Por mi madre bohemios, el defensor de la libertad sexual y de las causas justas, el relator de los movimientos sociales, el fustigador de las derechas, de la intolerancia religiosa, el del humor a toda prueba, el Carlos Monsiváis que cada quien prefiera, es el que se revelará en el Programa-Homenaje producido por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, que se estrenará este lunes 27 de septiembre, a las 20:30 horas, en Canal 125 de Cablevisión y 234 de Sky.

Carlos Monsiváis Celebración de una vida (1938-2010), la primera semblanza que recoge su funeral, su homenaje póstumo y su itinerario de vida, representa una síntesis de la obra y luchas del escritor contemporáneo más público de México, el mismo que leía a Novo y a Owen, para después asistir al California Dancing Club, ubicado a unas cuadras de la casa materna que nunca abandonó; el que desnudaba alegremente los desfiguros del poder en México y valoraba como nadie las expresiones de la cultura popular; el que era reconocido y abordado por sus seguidores en la calle y fue ovacionado por más de 10 minutos ininterrumpidos en su velorio en el Museo de la Ciudad de México.

La producción, realizada en colaboración con Efekto TV, muestra diversos aspectos y facetas de Monsiváis e incluye intervenciones de amigos y promotores culturales, entre ellos Elena Cepeda de León, Elena Poniatowska y Marta Lamas, así como de sus vecinos de la colonia Portales. Entre todos construyen un retrato amplio, sincero y entrañable del autor de Días de guardar y Amor perdido.

Carlos, se recuerda en la producción, sin duda, caminaba por Eleuterio Méndez, donde después se asentaría la Secundaria 80. Subía por la calle Víctor Hugo y se encontraba el mercado de chácharas que ahora se llama de los “Fierros viejos”, y donde se podía y se puede comprar todavía desde una estufa hasta un manuscrito del siglo XIX, pasando por zapatos usados y discos de boleros con todo y megáfono. Ahí, evidentemente, nació el Carlos Monsiváis coleccionista, cuyos tesoros pueden apreciarse en el recinto que concibió y creó: el Museo del Estanquillo.

En aquellas correrías infantiles —recupera esta producción audiovisual— también germinó el crítico a la injusticia: las ciudades perdidas de la Calle Nueve, de la Avenida Independencia, ahora eje Seis sur, de la calle 17, le hicieron indignarse al ver el hacinamiento, la pobreza extrema, el alcoholismo y la drogadicción sólo por falta de oportunidades, siempre al lado del derroche gubernamental en el país de la abundancia.

A cada quien su Monsi: cada cual tiene su propio recuerdo, palabra, gesto, sonrisa, ironía, crítica, libro, artículo, crónica del maestro que amaba a los gatos (a los que ponía nombres tan originales como Copelas o cuello, o bien Fray Gatolomé de las Bardas). En Carlos Monsiváis Celebración de una vida (1938-2010) podrá el espectador encontrar una ventana amplia para asomarse al interior del hombre que construyó la mirada más profunda de la realidad nacional y los recovecos más íntimos de la Ciudad de México.

Carlos Monsiváis Celebración de una vida (1938-2010), producción de la Secretaría de Cultura capitalina, se estrenará este lunes 27 de septiembre, a las 20:30 horas, en Canal 125 de Cablevisión y 234 de Sky.


Por Martín Juárez

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Historias de mercados



Ciudad de México. Son las 12:03 del domingo 19 de septiembre de 2010, hace 25 años un día como hoy se escuchaban sirenas en la ciudad y los rostros dejaban ver su angustia; pero hoy es diferente, aún se puede sentir en el aire el festejo reciente del bicentenario, aún más en el Centro Histórico…

Aquí, en el corazón de la ciudad, sobre la calle de Venezuela en el mercado Abelardo L. Rodríguez, la fiesta sigue: se escucha No rompas más, mi pobre corazón y sale una quinceañera con un vestido sorprendente, diseño de Al Mendoza. La festejada, acompañada de su madre, un chambelán y un borracho con un sombrero norteño a la manera de invitado lejano, comienzan el llamado para dar inicio a la pachanga: es la obra Al Centro y pa’ Dentro, autoría de Pavel M. Gaona.
Desde que vi el cartel me llamo la atención, un canario como los que leen la fortuna, me invitaba entre portadas de libros vaqueros y cómics mexicanos de los años 70’s, a ver eso que sonaba a albur. Elegí este mercado porque me parecía interesante ver en un espacio tan particular y cotidiano, una obra de teatro: no me equivoque. El resultado fue asombroso, la compañía ArteLugio Sobreviviente hábilmente logro intervenir el espacio público para apropiárselo.

A manera de recorrido del metro, fueron presentando a los personajes de su obra; el gran inicio de este jolgorio es la parada Lagunilla. Jessica Daniela, interpretada por Alejandra Romero, cuenta su historia. Nosotros los que venimos a la fiesta, vemos su amor por el mercado, nos hace cómplices y desnuda su alma para contarnos sus secretos, vemos a la niña convertirse en mujer por un domingo siete muy especial. Se enfatizan los valores de la familia mexicana, nos identificamos con los personajes: sabemos que de haberlos, nos hubiéramos llevado hasta el servilletero.


Toca el turno a la segunda parada: Tepito, a cargo de Leo Bautista. Un chinguiñas cualquiera pone su puesto de chácharas, de eso vive. Así nomás, recuerda a los ladrones viejos; nos hace sentir el otro centro histórico; el que no será tocado por la remodelación neoliberal; le da voz a quienes no la tienen; muestra su origen; recuerda de donde viene y en donde está. Nos recuerda que somos iguales porque somos diferentes: a fin de cuentas en todos lados se cuecen habas, ¿qué no?

Una mujer de alcurnia, un hombre rarito y una señora muy segura de sí misma y de su conexión mística-mágica con lo divino, llenan el escenario urbano, contactan con el público: entre el aroma a incienso y las risas desatadas por la consulta de tarot con Madam Cucú, sucede magistralmente la tercer parada, un homenaje a Sonora, un reflejo de nuestras supersticiones, de lo que nos hace aún un México con fe.

Cuarta parada Merced: Miguel La Rosa (Gabriel Castillo), cuenta su tragedia. Bajo la dirección de Sharon Glamour, vemos en escena un homenaje a la diversidad, sin pelos en la lengua, sin prejuicios. Sin miedo a decir libremente ¡esto soy y que!, nos hacen testigos de la transformación de Mercedes, se nos anuncia un México más libre, entre emociones se da el nuevo grito de independencia: ¡qué viva México!

Y de ahí, con gran simpleza en los elementos utilizados, dando muestra del poder de transformación del espacio a través del juego de los signos y su significado, se llega a la quinta parada. Enfrente de la barbacha del mercado Abelardo, llegamos en tour no oficial a Garibaldi. Cantamos juntos México Lindo y Querido, se nos eriza la piel para después morir de risa con la interpretación impecable de Sara Narumi. Vemos a Teresita, una mujer quedadita pero entonada que nos hace participes del Encuentro de patanes en recuperación.

Súbitamente llega a su fin esta obra, que sin saberlo activa la economía del mercado, hace gala del año de acercamiento de la cultura, dejándonos estar en paz mientras recorremos el espacio público, logrando distanciarnos de lo cotidiano para vernos reflejados en el teatro mismo, vemos nuestra identidad. Sin duda Al Centro y Pa Dentro es una clara muestra de la juventud capaz de generar proyectos de calidad, nos enseña que ser joven es creer en el cambio y hacerlos. Yo nunca había visto algo así.

Entre risas y rostros satisfechos, llega a su final, teniendo de fondo los Murales históricos de este mercado tan especial. Se despiden del público en su sexta parada, Hidalgo; dejando en el eco los sonidos únicos de Los Chakalities, quienes dan muestra de su irreverencia, se escucha rock-punk en lo alto, se baila para festejar a todo lo que da. Y de pilón este día se festeja al autor, quien hoy es simplemente él: El Huracán Pavel.

¡Gracias por hacernos un domingo tan divertido, por llevar el teatro a quien lo necesita, por no subestimar a los espectadores, por divertirse y dejarnos identificar!

Por Noel Livier de la Paz
Fotos de Tona Hernández (burundeame@hotmail.com)


Más información en http://www.artelugio.com/











lunes, 13 de septiembre de 2010

Abre al público la exposición Alas de la Ciudad en Reforma

Un total de 13 piezas monumentales en bronce del escultor Jorge Marín, se exhiben en el camellón central de Paseo de la Reforma —frente al Museo Nacional de Antropología— como parte de la exposición Las Alas de la Ciudad.

Esta colección de esculturas se expone por primera vez en un espacio público, abierto a los transeúntes, quienes podrán interactuar con la obra, conocer al artista y disfrutar de un inquietante trabajo escultórico que ha cruzado fronteras. En las piezas, el autor retoma el cuerpo humano para crear seres fantásticos, varios de ellos alados, en diversas posiciones.

Las piezas monumentales tienen un peso que oscila entre los 200 y 500 kilos. La exposición se complementa con textos sobre el proceso de fundición. Los títulos de cada pieza también están escritos en sistema braille para que las personas con discapacidad visual puedan disfrutar también de su fuerza y expresión con el tacto. Se anunció además que algunos sábados, a mediodía, se realizarán recorridos por la exhibición en compañía del maestro Marín, quien compartirá su particular visión de cada pieza de arte.

Un detalle especial de la muestra es que Marín esculpió un par de alas gigantes en donde el visitante puede tomarse una foto o fantasear por un instante con su cuerpo y sentir que vuela con las Alas de la Ciudad. Sin duda esta pieza monumental en bronce será un nuevo punto de reunión en la Ciudad de México.

Esta exposición permanecerá hasta finales de febrero de 2011 en Paseo de la Reforma, como parte de los programas culturales que fomenta el Gobierno del Distrito Federal en el marco del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución.

Por Martín Juárez.
Fotografía por Alejandro Barragán.