El gran obstáculo y enemigo más grande al que se enfrentan los seres humanos es a sí mismo, y un gran ejemplo de ello es el filme Cisne Negro(Black Swan) del cineasta Darren Aronofsky, quien lleva a la pantalla la historia de una bailarina de ballet, Nina Sayers interpretada por Natalie Portman, cuyo único objetivo es ser la mejor bailarina de su compañía y obtener el papel protagónico de El lago de los cisnes.
Sin embargo, su pasión termina por convertirse en una obsesión, y su obstinación por la perfección le impide ejecutar el papel de Cisne Negro, ya que el director de la compañía Thomas Leroy, protagonizado por Vincent Cassel, pide soltura e imperfección para el papel.
Los miedos al no poder adaptarse al papel hacen que Nina convierta su sueño en una pesadilla, pues empieza a imaginar que le robarán el lugar protagónico, y comienza a ver a su némesis en una compañera de la compañía, sin embargo muy tarde comprenderá la todos los actos que recibe en su contra son producto de su imaginación y de sí misma.
Si bien no es de los mejores filmes de Aronofsky, la actuación de Portman, bien merece los premios ganados y a los que está nominada como mejor actriz, ya que de manera extraordinaria, retrata los traumas y presiones a las que se someten las bailarinas por obtener un papel protagónico, sea cual sea la compañía a la que pertenezcan.
Además de la adaptación músical, a cargo de Clint Mansell, quien ha musicalizado todos los filmes de Aronofsky, la fotografía y los efectos especiales hacen de este un filme de lo mejor de este año, que llegará a México, por lo que le deseamos suerte con sus nominaciones al Óscar.
No dejen de verla y recuerden que “el cine se ve mejor en el cine”
Nery Anaya
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