Sábado 29 de septiembre de 2012, la fecha tan esperada por corredores de todo México había llegado por fin, la fecha en que se llevaría a cabo la primera Carrera Brutal. El inmejorable escenario fue San Miguel de Allende, el predio denominado Los Senderos vio llegar a cientos de partcicipantes caracterizados, nerviosos, jubilosos y dispuestos a poner su condición física a prueba, los guerreros brutales llegaron a la cita y faltaba poco para saber si la carrera cumpliría las expectativas.
Grupos de corredores calentaban y se preguntaban a si mismos si serían capaces de salir venturosos de semejante desafío, eran los últimos rastros de inseguridad y nervios pues al comenzar a correr toda duda debía quedar atrás; todos los esfuerzos se debán concentrar en superar todas las pruebas sólo o en equipo, aunque eso si, no hubo competidor que no trajera consigo a alguien que lo apoyara desde las gradas.
Luego de las últimas indicaciones de seguridad la carera comenzó sin haber corredor alguno que no comenzara animoso y con algarabía su participación, pareciera que todos hubieran estado esperando ese momento toda su vida.
La energía debía durar toda la carrera sin importar el clima, el lodo, el fuego, la altura o el esfuerzo que esta prueba demandó. A un lado y a otro se veían guerreros y guerreras dispuestos a todo con tal de terminar la carrera, a todo menos a abandonar la prueba.
Al final se entregaron distintivos tipo militar a los participantes y se premio a cada uno con una merecida cerveza fría, la Carrera Brutal no sólo cumplió la espectativa, despertó, en muchos por primera vez, el deseo de superación y mejoramiento físico, además del trabajo en equipo.
Por Lex Barragán
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